RBD

Cuando me solicitaron dar un testimonio respecto a nuestra experiencia en el proceso de fertilización asistida, mi primera pregunta fue: ¿Puede ser anónimo?, frente a esta pregunta se me indico la estadística de embarazos por este método que hoy lo convierte en algo “común”. Sin embargo mantuve mi posición dado que para la mayoría de los que elegimos este camino es en pareja y sin decirle a mucha gente, la expectativas de éxito o fracaso, los sentimientos involucrados, que aumentan con la incertidumbre del resultado, de alguna u otra manera nos vuelve más sensibles al tema y a la tristeza de un resultado adverso se suma el tener que comunicárselo a cuanta gente hemos involucrado. Además seguro lo intentamos de nuevo.

El Proceso

Así fue nuestro proceso, más o menos solos, en nuestro caso el del problema era yo y no mi pareja, recorrimos la oferta de fertilización con Concepción y miramos algo en Santiago. El factor determinante para nosotros de decidirnos a intentarlo con el laboratorio, fue el trato amable, profesional primero, luego el económico. Fue el primer lugar donde fuimos escuchados e informados de nuestras posibilidades antes de hablar del costo. En otros lugares, que no vale la pena nombrar, se nos solicitó demostrar nuestro poder adquisitivo antes de conversar en profundidad. Una vez emprendido este camino, seguimos con la grata sorpresa de encontrarnos con un grupo profesional, amable, capaz e interesados en nuestro caso. Luego de dos intentos obtuvimos la alegría de tener éxito en la fertilización. Hoy somos orgullosos padres de un bebe de 2 meses que llena nuestra casa de alegría, gracias a Dios y a la ciencia.

Desconozco las estadísticas de éxito o fracaso del laboratorio v/s los otros del mercado, pero sí sé que siempre me sentí bien recibido, bien informado y por lo tanto tranquilo de sabernos en manos de profesionales capaces, amables e interesados.