Testimonio Patricia 38 años

PATRICIA, 38 AÑOS

Patricia conversó con el Dr. Carlos Henríquez, su ginecólogo, cuando tenía 38 años y su deseo de ser madre renació.

En esa oportunidad, el especialista le habló sobre el procedimiento de preservación de óvulos: “Ese día de control Carlos me preguntó si quería ser mamá y me comentó que los óvulos envejecen y que la congelación era una buena oportunidad. Lo pensé durante un mes y decidí hacer el procedimiento en enero de 2011. Sabía que no tenía pareja, pero sí quería tener hijos”, comenta Patricia.

Cuando ella cumplió 40 años, decidió ocupar sus óvulos congelados y comenzar el proceso para ser mamá: “Conversé con Carlos y le dije que quería ser madre. Sabía que tendría que acudir a algún banco de espermatozoides, porque no iba a esperar que tuviera pareja (…) Varios de mis cercanos cuestionaron harto este proceso, sobre todo el tema de la compra de espermios. No sé si la sociedad chilena está muy preparada para esto”, declara.

A pesar de esto, Patricia quiso intentarlo contra viento y marea, con el desgaste emocional propio de una mujer que se somete a un método de esta envergadura: “En el primer intento no quedé embarazada y eso me generó mucha frustración, incluso no sabía si continuar, ¡es terrible! La segunda vez, y mi última oportunidad, tenía cero expectativas, y a los 10 días supe que estaba embarazada”, revela.

Toda la lucha de esta mujer de 43 años valió la pena: hoy es madre de un precioso pequeño de 1 año, del cual muestra fotos orgullosa a medio mundo. Sin duda, recomienda la congelación de óvulos.

“El nacimiento de mi hijo fue un deseo que siempre anhelé, había intentado quedar embarazada de forma natural, pero no pude por tener ovarios poliquísticos, necesitaba ayuda para lograr un embarazo. Estoy feliz de haber accedido a la congelación, porque el sentimiento de ser madre es inmenso, es el amor más grande que he sentido”, finaliza.